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Ya sabemos todos que empezar un negocio cuesta mucho y de mantenerlo ya ni hablamos. Pero lo que a veces se nos olvida es que la parte que está de cara al público es, en un altísimo porcentaje, lo que hace que ese usuario vuelva a visitarnos. Al final la imagen es muy importante.

Y por eso tienes que cuidar la imagen de tu negocio.

Se puede aprender cómo mejorar desde un enfoque más profesional del diseño, pero con esta serie de post quiero que te diviertas, que aprendas de los errores ajenos a través de una crítica constructiva y que ello te ayude a plantearte si lo estás haciendo bien.

Así que vamos a ponernos manos a la obra con el primer error:

 

 

El aseo suele ser un punto bastante conflictivo siempre. En los negocios en los que los baños son de uso público, el mantenimiento es difícil por el alto tránsito o el desgaste, y en las empresas donde es sólo para uso del personal… pues eso, como no lo ven los clientes, pues no pasa nada.

Pues sí que pasa. Debemos ponernos en la situación del usuario. A mí no me gusta encontrarme un aseo desastroso y menos aún algo como lo que os muestro en la imagen. Este no es un caso de que no ha dado tiempo a limpiar, es un caso de absoluta chapuza. Entiendo que no es algo que haya hecho el dueño, pues además la foto está tomada en una gran superficie, pero sí existe una culpa de permitir que eso se quede así. En la foto no se aprecia pero había espacio suficiente para haber puesto la puerta más a la derecha y que hubiese abierto sin problema.

¿Y sabes lo más divertido de todo? ¡Pues que la cabina de al lado estaba exactamente igual!

Estoy casi segura de que esta es una clara consecuencia de no haber dibujado en plano bien la apertura de la puerta.

Espero que no tengas lo mismo en el aseo de tu trabajo. Pero… párate a pensar un momento si estás orgulloso de ese espacio o si te avergüenza que un cliente entre. ¿Qué cambiarías? ¡Atrévete a mejorarlo!

 

 

Un día, no hace mucho, decidimos salir a desayunar fuera y probamos una pastelería nueva que habían inaugurado hacía poco. Pedimos nuestros desayunos y cuál fue mi sorpresa cuando nos sirven los zumos.

Estoy convencida que la cantidad de líquido es la misma en ambos vasos, pero las sensación visual que da es de que uno tiene más que otro. Y eso es lo que percibe el cliente y la sensación que se lleva, dando igual la realidad.

Conclusión, si vamos a emplear objetos diferentes para presentar un mismo producto, que se note con total claridad la diferencia, ya que así se evitará cualquier posible conflicto dado por la semejanza.

Me explico, en el ejemplo concreto que tenemos de los zumos, si quiero dar un toque de modernidad y emplear vasos diferentes, lo mejor es que sean muy diferentes, por ejemplo uno bajo y ancho y otro alto y opaco. Así no existirá opción a que el ojo del usuario pueda comparar de manera rápida y su cerebro capte incongruencias.

 

¿Te has planteado en algún momento si presentas tus productos de forma coherente para tu cliente? No estaría de más que lo analices, e incluso, por qué no, les preguntes a tus clientes habituales si cambiarían algo.

 

Bueno, espero que os haya servido para analizar algunos aspectos de vuestro negocio y buscar cómo mejorar cada día un poco más.

No te pierdas las próximas entregas.

Soy Ana SanzBlesa.

Facilitadora especializada en Diseño, Creatividad y Retail. Te preparo para que logres diseñar una relación más impactante con tus clientes a través de tu escaparate y de experiencias creativas en tu punto de venta. Llevo más de 20 años diseñando instalaciones comerciales y  9 años como formadora. Ahora incorporo la disrupción para aportar mi granito de arena y que la formación sea más divertida y deseada y así,  convertirse en más eficaz.

No es suficiente con hacer diseños bonitos, hay que tener una estrategia coherente con tu imagen y con los valores de tu    empresa. ¡Te acompaño en esta aventura!